lunes, 26 de mayo de 2014

C24 - !Ay, triste de mí! Y cuándo hallaré


Ai eu coitado! e quand'acharei quem
me dê conselho como possa ir
a um logar u eu querria ir?
E nom posso! Nem ar poss'achar quem
me dê conselho como possa ir
veê'la dona que por meu mal vi,
mais fremosa de quantas donas vi,
e por que moiro, querendo-lhe bem;
ca tam fremosa dona nunca fez
Nostro Senhor, de quantas donas fez, 
nem tam comprida de tod'outro bem.
Por esta moiro, que Deus a tal fez!
E nom lho disse, se me valha Deus,
ca nom ousei, assi me valha Deus!
ca me quis ante mia coita 'ndurar
ca me perder com tam bõa senhor,
a que deu tanto bem Nostro Senhor;
e quero-m'ante mia coita 'ndurar.
Mais rogarei tanto Nostro Senhor:
que El me lev'u a possa veer;
ca muit'há já que nom pude veer

nẽum prazer, ca nom fui a logar
u a eu viss', e por aquesto nom
vi nunca mais prazer; nem jamais nom 
mi ar veerei, se nom for a logar
u veja ela; ca sei eu que nom
verei prazer e sempr'haverei mal,
se nom vir ela, que vi por meu mal.

E, meus amigos, se nom est assi,
nom me dê Deus dela bem, nem de Si!

E se nom, leve Deus, u som os seus, 
estes meus olhos, que vejam os seus!

E se os virem, verram gram prazer,
ca muit'há que nom virom gram prazer!

Leve-os Deus cedo, que pod'e val,
u verram ela, que tam muito val!




VERSIÓN:

¡Ay, triste de mí! Y cuándo hallaré quién me aconseje cómo ir al lugar al que quisiera ir? Y no puedo. Ni puedo encontrar quién me aconseje como poder ir a ver a la dama que para desgracia mía vi, la más hermosa de cuantas damas he visto,

por la que muero, amándola; que de todas las damas que ha creado Nuestro Señor, nunca una tan hermosa creó, ni tan perfecta en cualquier otra cualidad. Muero por ella, que así lo quiso Dios, y no se lo he dicho, válgame Dios, porque no me he atrevido, válgame Dios,

porque antes prefiero que perdure mi dolor que privarme de tan buena señora, a la que Nuestro Señor concedió tantas bondades, y antes prefiero que perdure mi dolor. Aunque rogaré mucho a Nuestro Señor para que Él me lleve donde pueda verla, que desde hace ya mucho tiempo no puedo encontrar

ningún otro placer, porque no he ido al lugar donde la veo, y por esto no encuentro ningún otro placer, ni nunca jamás los veré si no voy al lugar donde pueda verla; porque sé que, si no veo a quien vi para mi desgracia, no encontraré jamás placer y seré por siempre desgraciado.

Y amigos míos, si no es así, que no me conceda Dios ningún bien, ni de ella ni de Él.

Y si no, que Dios me lleve a donde están sus ojos, para que estos míos vean los suyos.

Y si los viesen gran placer tendrán, pues hace mucho que no gozan.

Que Dios, que todo lo puede y vale,  los lleve de inmediato a donde la vea, a ella que tanto vale.



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