Pero
Garcia Burgalés escribió en galaico-portugués porque, en su época, en los
círculos castellanos, la lírica de los trovadores se escribía así, desde
finales del siglo XII hasta inicios del siglo XV. Recordemos los tratados
históricos de Alfonso X, escritos en castellano, y su obra lírica, entre ellas
sus famosas “Cantigas a Nuestra Señora”, escritas en galaico-portugués.
Los
trovadores galaico-portugueses eran herederos de los trovadores occitanos. El
continuo peregrinar de los trovadores provenzales del sur de Francia, desde el
siglo XII, atraídos por el reclamo de los monarcas y nobles hispanos,
frecuentaron los círculos castellanos y aragoneses, poniéndose muy de moda la
recitación y creación de cantigas provenzales que, en el oeste de la península,
empezaron a escribirse, a finales del XII, en galaico-portugués.
Existen
cerca de un millar de cantigas galaico-portuguesas, de unos 170 trovadores. Las
cantigas se engloban en tres géneros.
-Cantigas
de Amor. Composiciones amorosas que recogen los principios de amor cortés ya
utilizadas por los trovadores provenzales. Generalmente hablan de amores no
correspondidos y, a la mujer amada, se la trata como a un señor feudal que
ejerce su poder sobre el enamorado.
-Cantigas
de Amigo. Composiciones en las que el trovador pone en boca de una mujer, la
cual se lamenta, por algún motivo, de su enamorado.
-Cantigas
de Escarnio y Maldecir. Composiciones creadas para difamar, criticar o
ridiculizar a algún trovador u otro personaje.
Existiría
un cuarto género llamado “tençones", en la que dos trovadores establecen un
diálogo, escribiendo cada uno de ellos una estrofa.
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